La creatividad es un valor esencial en el desarrollo y crecimiento de los individuos, pues permite la expresión auténtica y el descubrimiento de nuevas formas de afrontar la vida. Además, es esencial para idear o trabajar en las diferentes profesiones de la industria creativa, así como en el proceso de encontrar soluciones viables para ciertos retos y problemas empresariales o de innovación.

La creatividad personal y emocional es una gran aliada en los detalles más singulares de tu vida. Aparece cuando necesitas superar ciertos momentos de dificultad o cuando decides escapar de la rutina, del conformismo y, sobre todo, de esa zona de confort tan absorbente y desconcertante en términos de seguridad. Es una herramienta transformadora que potencia la resiliencia, la comunicación y la adaptabilidad, entre otras capacidades y habilidades humanas.

Por otro lado, si volvemos a poner el foco en el ámbito de la innovación, el sector educativo o el contexto empresarial, la filosofía en creatividad y el pensamiento disruptivo, en estrecha relación con el pensamiento crítico y analítico, son elementos fundamentales para fomentar la motivación, el compromiso y la satisfacción de los equipos, así como potenciar la propuesta de valor y reforzar la diferenciación en un mercado cada vez más global y sobredimensionado.